sábado, 10 de enero de 2015

Estocolmo con niños

Nuestro último viaje ha sido a Estocolmo y esta vez nos hemos llevado a  Leyre y Luis con nosotros, de 3 y 2 años respectivamente. Os contamos a continuación nuestra experiencia.

Estocolmo es una ciudad que nos ha encantado y  es ideal para viajar con niños. Quizás no hemos ido en la mejor época, Noviembre, pero aún así hemos disfrutado muchísimo. En esta época, los días son muy cortos, ya que a las 5 es noche cerrada, la temperatura suele estar entre 0-10ºC y hay muchas probabilidades de lluvia. El primer día que salimos cayeron las primeras nieves del año llegando a cuajar un poquito. El resto no llovió pero tampoco conseguimos ver un rayo de sol. También hay que decir que en esta época hay muchas atracciones que están cerradas ya que muchas  sólo las abren con el buen tiempo.
Vistas de Estocolmo desde el ayuntamiento
Como os imaginaréis ahí hacen vida normal haga el tiempo que haga. Los niños se visten como si estuvieran en una estación de esquí y así salen a pasear y a jugar a los parques. Importante llevar ropa impermeable, calzado calentito y resistente al agua, gorro y guantes.


Vista del museo de Vasa tras las primeras nieves
Os contamos en este primer post la información más general y en el siguiente os contaremos con más detalle nuestras visitas:
Llegamos al aeropuerto de Arlanda, que está a unos 40km de la ciudad. Viajamos con Iberia Express y la verdad que todo fue correcto en el viaje y tanto a la ida como a la vuelta llegamos antes de la hora prevista. Nos resultó curioso que en Madrid nos dejaron entrar con el carrito hasta el mismo avión y en Estocolmo hay que dejarlo como equipaje especial y allí te prestan un carrito para que lo uses hasta la puerta de embarque.  Si vais con niños en la zona de salidas de la T5 del aeropuerto de Arlanda, al lado de la puerta 6, hay una zona de juegos para niños que está muy bien.
Zona de juegos puerta 6 de la T5 aeropuerto de Arlanda (Estocolmo)
Para ir hasta el centro se puede ir en autobús, tren o taxi. El día que llegamos como teníamos muchas ganas de llegar a nuestro apartamento y estábamos algo cansados cogimos un taxi. Tienen una tarifa fija de unos 600 SEK para ir al centro y luego nos cobraron además 75 coronas más por la silla del niño pequeño, no así por el alzador de la niña. A la vuelta, de mañana y con más ganas y tiempo, cogimos el tren desde la Estación Centrale en el centro de Estocolmo que llega en 20 minutos y nos costó 280 coronas a los dos, así que muy cómodo y nos supuso un gran ahorro. Creo que al ser domingo era algo más barato y también cuantos más tickets juntos cogías también se ahorraba algo.
Los niños en Estocolmo no pagan prácticamente en ningún sitio hasta los 6 años, ni en museos, ni en transportes. En el tren al aeropuerto nos dijeron que no pagaban hasta los 18.
Nosotros nos movimos principalmente en metro aunque también cogimos el tranvía y el barco. Estos dos últimos muy cómodos con el carrito, pero el metro es más complicado para subir y bajar en algunas estaciones. La mayoría tienen ascensor pero bastante lento y pequeño con lo que no suelen caber dos carritos y en muchos sitios lo que hay son unas rampas con escaleras en el centro. Particularmente nos parecía un poco peligroso y les hacíamos bajar del carro cuando llegábamos a una de estas.
Vista de Estocolmo desde el barco
Para el transporte en general, existe la opción del billete simple, que es bastante caro (nosotros sacamos el primer día uno para ir a comprar nuestra Stockholm Card a un SL Center y nos costó 3,6 euros a cada uno), también se puede comprar una tarjeta que se recarga y así sale más barato o coger un billete de viajes ilimitados por los días que vayáis a estar. Concretamente la de 3 días costaba 270 coronas. Nosotros elegimos la opción de la Stockholm Card que además del transporte ilimitado te incluye la entrada a prácticamente todos los museos. Creo que algo ahorramos, pero sobre todo es la comodidad de no tener que pagar ya en ningún sitio y entrar donde quieras sin preocuparte de precios. Nos costó 870 coronas por 3 días que empiezan a contar la primera vez que la usas.
En el Ferry que va sale cada 15 minutos a Djurgarden
Para comer, en la mayoría de los restaurantes tienen tronas para los niños y te calientan potitos si es que lleváis. A nosotros nos gusto mucho una cadena que se llama Vapiano, son Italianos con mucho gusto, muy amplios y muy bien adaptados para los niños. Hay uno justo al lado de la parada de metro de Gamla Stan. 

Respecto al alojamiento, al principio estuvimos buscando hotel pero las habitaciones familiares subían bastante el precio y al hacerse tan pronto de noche tampoco nos atraía la idea de encerrarnos en el hotel toda la tarde, así que elegimos la opción de un apartamento donde poder cenar y tener más espacio para todos. Encontramos uno que nos gustó mucho en airbnb, la verdad que nunca lo habíamos probado, pero nos gustaron mucho las opciones que vimos. Nos decantamos por uno con dos habitaciones, una de ellas llena de juguetes para niños así que os podéis imaginar lo felices que estaban los peques cada vez que llegábamos al apartamento.



Zona de Gamla Stan
Os hemos contado algunos de los aspectos más generales del viaje, que esperamos que os sirvan si estáis pensando en viajar a esta bonita ciudad. 

martes, 2 de diciembre de 2014

5 Imprescindibles de Nueva York

    
- Las vistas desde el mirador "Top of the Rock" situado en el edificio Rockefeller Center. Las vistas desde las dos terrazas son increíbles, especialmente la parte de Central Park, con todos los edificios rodeándolo.  Se puede visitar de día y de noche, siendo el atardecer uno de los mejores momentos para disfrutar de las vistas. En nuestro caso, como era finales de Noviembre y hacía mucho frío, decidimos subir por la mañana a primera hora y lo cierto es que tuvimos mucha suerte porque estaba soleado y apenas había nadie (aunque estuvimos por debajo de los 0ºC).
Vistas desde Top of the Rock. Nueva York
 
-  El Ferry a Staten Island. Merece la pena coger este ferry gratuito que en su camino a Staten Island deja ver unas vistas increíbles del corazón financiero de Manhattan y que también pasa al lado de la Estatua de la Libertad. Nada más llegar, puedes coger directamente el ferry de vuelta. Muy recomendable comprarte para el viaje de ida  un Bagel o una mini-pizza en alguno de los puestos del puerto a un precio muy asequible.
Vistas desde el ferry a Staten Island
 
- Paseo por el puente de Brooklyn. Recorrer el puente entero paseando ofrece unas vistas de Nueva York increíbles. Si cuando llegáis al otro lado, a la parte de Brooklyn, bajáis hasta la orilla del mar tendréis una nueva vista de Nueva York.
Puente de Brooklyn
 
- Paseo por Central Park. Se trata del parque más visitado de USA (con más de 25 millones de visitantes al año) y pasear tranquilamente por dentro puede llevar horas y horas, dada su inmensidad - es casi dos veces más grande que Mónaco y casi 8 veces más grande que la Ciudad del Vaticano. Al entrar podréis observar los  edificios que rodean el parque pero conforme vayáis avanzando y adentrándoos, llegará un momento que sólo veréis árboles y os dará la sensación de estar en medio del campo. En Noviembre cuando fuimos ya había pistas de patinaje sobre hielo.


Pista de patinaje en Central Park
 

- Times Square. Aquí es donde teníamos nuestro hotel y por donde pasábamos mínimo dos veces al día. Esta zona siempre está animada sea la hora que sea, pero cuando realmente es espectacular es por la noche, porque es cuando más destacan todos sus carteles luminosos. Aquí también encontraréis la tienda de M&M que merece una visita y la oficina de TKTS con descuento para los distintos musicales (hasta un 60-70% dependiendo del musical).
Times Square por la noche
NYC  merecería no 5 sino 100 Imprescindibles: el pasear por el centro de Manhattan por la 5ª Avenida, el visitar la zona 0 y el Memorial que se ha hecho con motivo del 11 S, la visita a la Estatua de la Libertad, algunos de sus museos más emblemáticos como el MoMa, la estación de Gran Central, el Edificio Flatiron, otros barrios como Greenwich Village / Tribeca / SoHo /Chelsea.... De hecho, nosotros nos "pateamos" literalmente  NYC y pudimos visitar casi todos los barrios, pero esto lo dejamos para una siguiente visita a "La ciudad que nunca duerme".
 

sábado, 15 de noviembre de 2014

Paseando por Nueva York. Primer día.

Ha pasado mucho tiempo desde nuestra última entrada y aunque siempre que volvíamos de alguna escapada lo hacíamos con ganas de contarlo aquí, al final con las prisas del día a día, no sacábamos tiempo para contarlo.
 
En estos cuatro años hemos tenido la gran suerte y felicidad de traer al mundo  una niña y un niño preciosos. Ellos ocupan todo nuestro tiempo cuando no estamos trabajando y los llevamos de viaje con nosotros siempre que podemos, salvo en esta escapada a Nueva York en la que decidimos darnos el capricho, coger a unos niñeros de excepción (los abuelos) y visitar Nueva York los dos solos durante 5 días. Y así fue la experiencia....
 
Volamos con Iberia, en un vuelo directo a las 12:10 del mediodía. Habíamos reservado los asientos en las filas del principio, ya que así podríamos salir de los primeros y ahorrarnos bastante tiempo de espera en la cola de inmigración. 7h y media después y sin apenas dormir, divisamos ya los famosos edificios de Nueva York en la distancia. Hacía muy buen día, con alguna nube pero muy buena temperatura (unos 10ºC). Pasamos los dos juntos la zona de inmigración y  dejamos todas las huellas de nuestros dedos más la correspondiente foto. Eso sí, el oficial en cuestión nos miraba un poco raro al ver tantos sellos en nuestro pasaporte y cuando veía algún visado raro lo inspeccionaba con atención, pero bueno, después de preguntarnos en qué trabajábamos parece que no le descuadró mucho y buscó un huequecito para ponernos el esperado sello de entrada en EEUU.

Las maletas ya estaban listas cuando salimos así que nos fuimos directos a coger un taxi. Hoy en día tienen tarifas fijas para el centro de Manhattan que son incluyendo propina del 20% unos 52€ dependiendo del tipo de cambio del momento. El taxista nos condujo a través de Queens ya que era la zona con menos tráfico y tras cruzar el Queens Midtown Tunnel, bajo el rio, por fin llegamos a la esperada Manhattan. La verdad es que la primera vez que entras en contacto con los edificios tan altos impresiona bastante.

Tras una hora de taxi, llegamos a nuestro hotel, el Crown Plaza en la 49 con Broadway, justo en Times Square. El sitio la verdad que aunque con mucho lío de gente estaba muy bien situado para ir andando en todas direcciones. El hotel nos gustó mucho y sobre todo porque conseguimos una super oferta gracias a un amigo de Lulo y teníamos una “corner room” , es decir, en esquina con ventanas en dos paredes en el piso 46 y con vistas a Times Square. La verdad es que fue una muy grata sorpresa. Muchas gracias Roge!

Sobre las 17:00 hora local ya estábamos en la calle tomando un primer contacto con la gran manzana. Vimos el Rockefeller center con la pista de patinaje (en la cual quería patinar y ya os adelanto que al final no lo conseguí) y el árbol de navidad pero todavía sin sus famosas luces.

Bajamos por la quinta avenida hasta Central Park, los edificios estaban ya adornados de navidad y algunos escaparates eran verdaderas obras de arte. Llegamos hasta la tienda de Apple (que siempre vimos llena y con colas, como si ahí regalaran sus productos) y la juguetería FAO donde compramos alguna cosilla para los peques. Luego subimos hasta la 42 (una de mis calles preferidas) y nos encontramos con Bryant Park, que estaba precioso, con puestos navideños, pista de patinaje y con una terraza para tomar un cafetito, muy apetecible aunque fuera ya de noche y el termómetro no marcara muchos grados.

Después cenamos en un Fridays de la quinta (para no arriesgar mucho el primer día) y volvimos a Times Square. Para entonces, ya estábamos tan cansados que nos fuimos derechitos al hotel. Al día siguiente viernes teníamos mucho por recorrer ya que habíamos planificado la zona más al sur de la isla, el distrito financiero y alrededores.

jueves, 6 de mayo de 2010

Nuestros destinos favoritos

Hay una pregunta que desde que hemos llegado a casa nos ha hecho mucha gente y que queríamos compartir aquí en el blog: ¿qué es lo que más os ha gustado?

Como os imaginareis es muy difícil quedarnos con un solo sitio porque además de que podríamos decir que prácticamente todo nos ha gustado muchísimo y que cada destino tiene su encanto particular, la respuesta es “también depende”: de si es como sitio de relax, de naturaleza salvaje, culturalmente hablando (puede haber tantos criterios como uno quiera)… Así que atendiendo a tres criterios, ahí va la primera lista de nuestros favoritos por el mundo:

- PLAYAS: Tailandia, mar de Andaman desde Krabi hasta Koh Lipe pasando por Koh Lanta. ¿por qué? Sencillamente porque son perfectas y lo tienen todo. Puedes ir con un ferry de isla en isla de forma comodísima y eligiendo cuál es la que más se adapta a tus gustos. Las hay más o menos turísticas y más o menos tranquilas pero lo que todas tienen en común son: aguas turquesas increíbles, temperatura perfecta, fondo marino espectacular, paisajes preciosos, comida para chuparse los dedos… y todo esto… baratísimo (se come pescadito recién traído del mar por 2-3 €, se alquila una moto por 2€ todo el día y las cabañas junto al mar cuestan 10-12€)!!!.

Como inconveniente es que en la época de lluvias casi todo permanece cerrado (aprox de Mayo a Septiembre), con lo que quizás en ese periodo es más interesante ir a la costa del golfo donde especialmente Koh Tao es también una maravilla (nuestro favorito el hotel Charm Churee que es para no irse nunca de ahí!).







- PAISAJE: Argentina. ¿por qué? Todo lo que vimos de Argentina nos pareció espectacular y grandioso. Es cierto que hay zonas que son muy turísticas pero son tan únicas en el mundo que merece mucho la pena verlas:

1) La zona de los glaciares donde se encuentra entre otros muchos, el Perito Moreno(no perderse la excursión para andar sobre él). Cerquita se encuentra también el pueblo de El Chalten que para hacer andadas de un día y que es increíble. En otra dirección están las Torres del Paine, ya en Chile, espectacular para trekkings más largos.




2) La región de los lagos con la ruta de los 7 Lagos y Bariloche. Pueblecitos tipo suizo y lagos majestuosos con montañas de picos nevados en sus orillas (no perderse la subida al Cerro Campanario por sus vistas).



3) Iguazú, cataratas impresionantes como seguro hay muy pocas en el mundo. Cientos de metros de caída de agua en medio de la jungla. Lo mejor, puedes acercarte a todas ellas por el lado argentino y verlas panorámicamente desde el lado brasileño. La Garganta del Diablo es digna de ser contemplada y admirada, puesto que debe ser uno de los enclaves del mundo por donde más agua circula por segundo de manera natural.



Y mucho más que nosotros por falta de tiempo no hemos llegado a ver pero que nos han dicho que es espectacular igualmente: La zona de Salta, la de Puerto Madryn (donde en temporada se pueden ver ballenas y gran cantidad de fauna marina), la región del Tigre en los alrededores de Buenos Aires, Ushuaia en los confines del mundo… vamos que hay de todo, aunque eso sí, hay que tener en cuenta que las distancias son larguísimas, y si no vas en avión las 20 horas mínimo de autobús no te las quita nadie!

- ZONA MÁS COMPLETA EN CUANTO A HISTORIA, EXOTISMO, CULTURA y PAISAJE: no es el sitio con la cultura más diferente que hemos visto y no tiene tampoco la historia más antigua del mundo, pero nuestra zona favorita por ser un destino muy completo en este sentido es VIETNAM Y CAMBODIA. ¿Por qué?

De Vietnam, nos maravilló la Bahía de Halong, sitio único en el mundo de paisaje espectacular; nos pareció interesantísimo Hanoi, una de las pocas ciudades en el mundo que hoy por hoy sigue teniendo un aire comunista donde la globalización no ha llegado todavía; las tribus de la zona de Sapa, gente simpatiquísima y con una forma de vida a años luz de lo que estamos acostumbrados; Hue, una ciudad que hace de 60 años todavía vivía en un régimen feudal.

Con respecto a Cambodia, Siam Rep donde están los templos de Angkor Wat, una civilización perdida que dejó infinidad de templos muy distintos unos de otros dependiendo de la época y que la jungla los fue haciendo suyos hasta que fueron descubiertos(los mejores, los que han dejado cómo los encontraron con los árboles creciendo entre las piedras).





jueves, 29 de abril de 2010

Llegada a Florida y fin del viaje!

Ha pasado ya más de una semana desde nuestro artículo y no es que sigamos en el barco haciendo el recorrido de nuevo (que no nos hubiera importado), sino que después de desembarcar en Florida, nos fuimos unos días a Cancún (concretamente a Playa del Carmen) y de ahí… a casita!!! Y en esto estamos, y claro, con las ganas de ver a nuestra familia y amigos y contar todas nuestras aventurillas, se ha hecho bastante más difícil seguir con la actualización del blog.

Pero bueno, retomando nuestra historia… dejamos el barco, con mucha pena, en Fort Lauderdale, pero bueno, para que no fuera tan dura la vuelta a la realidad, contactamos a través de la web de couchsurfing con un nuevo amigo americano, Greg, que nos invitó a su casa muy amablemente y nos trató fenomenal. Nos alojó en una habitación enorme con baño privado y vistas a los canales, desde el salón, vistas al mar… en fin que entre la buena compañía y el sitio perfecto, casi hizo que nos olvidáramos de lo mucho que nos había gustado el barco.


Lo cierto es que nunca habíamos oído hablar de Fort Lauderdale y nos quedamos sólo por recomendación de una chica que había vivido ahí un tiempo y le había encantado. A nosotros nos gustó mucho también, no hay monumentos ni grandes edificios que ver, pero la calidad de vida que se respira es digna de mención.


Un clima perfecto, playas kilométricas de aguas templadas y porque no decirlo, mucho lujo. Fort Lauderdale está lleno de canales bastante amplios donde mucha gente con dinero tiene sus mansiones y su coche último modelo aparcado por un lado de la casa y por otra el yate.


De ahí, Greg nos llevó hasta nuestro hostel de Miami beach (menos mal porque hay como unos 60 km y el transporte público no es muy bueno que digamos… gracias, Greg!). Miami beach está separado de Miami por varios puentes. Es muy entretenido, con una playa enorme, edificios art-decó mezclados con otros modernos, tiendecitas y muchos bares y restaurantes. En definitiva un sitio de playa para pasarlo bien y con mucha marcha para salir por la noche. Nosotros fuimos a cenar las dos noches a la calle más típica, Lincoln Road, que es peatonal y está llena de restaurantes. El último día quedamos con unos amigos de Zaragoza que viven ahí y lo pasamos muy bien, a la vez que nos contaban lo a gusto que se encontraban en Miami.


Por cierto, aunque ya lo habíamos oído, nos chocó mucho que todo el mundo y creemos que sin excepción, habla español. La mayoría de la gente que vive en Miami es latina pero los de USA que viven ahí han aprendido también español, nos imaginamos que no les habrá quedado otro remedio, así que es curioso que puedes entrar a las tiendas y preguntar directamente en español.

De aquí volamos a Cancún (México) para pasar nuestra última semana de viaje en playa del Carmen en un resort descansando y concienciándonos de que estábamos a punto de acabar nuestra aventura. Aunque con bastante pena por finalizar nuestra aventura, estamos contentos de haber podido vivir unos meses tan espectaculares, de los que no cambiaríamos ni un momento y que nos ha permitido disfrutar un montón el uno del otro y de toda la gente que hemos ido conociendo por el camino. Como dijimos al tomar el avión: “habrá que repetirlo en unos años”

miércoles, 14 de abril de 2010

Islas del Caribe

Tras dejar Brasil el barco se dirigió rumbo al Caribe. Pasamos primeramente tres días de navegación, en los que aprovechamos a descansar y a disfrutar de todo lo que el barco ofrecía. Hicimos bastante uso del gimnasio ya que la comida era demasiado buena y demasiado abundante así que teníamos que compensar por algún lado. Le dimos bastante al ping-pong y ya teníamos nuestro grupo con los que nos juntábamos todos los días para varias horas de partidos dobles (todos estaban por encima de los 60 años, pero alguno le daba increíblemente bien y nos ganaba). También aprendimos unos cuantos pasos de tango gracias a las clases que daban Fernando y Cecilia, dos bailarines argentinos muy simpáticos y que bailaban fenomenal.


Tras estos días de relax total llegamos a Barbados, Antigua y St Thomas en tres días consecutivos. Las tres islas tienen en común que tienen playas muy bonitas con agua caliente y bastante transparente, un clima tropical muy bueno y están llenas de tiendas para atender a todos los cruceristas que llegan a ellas con ganas de comprarlo todo, también aprovechando que son tax free. En las tres se habla inglés y hoy en día viven principalmente del turismo.

Barbados.- es una de las islas más al sur del Caribe y más al este. Tiene una población de 280 mil habitantes y su capital es Bridgetown. Perteneció a Inglaterra hasta que en 1966 les dio su independencia. A diferencia de otras islas, todavía mantiene su industria del azúcar, aunque indudablemente la industria del turismo y los bancos (sorprende la cantidad de bancos para una isla de este tamaño) son los que hoy en día más tiran de su economía.

Aquí bajamos con los amigos del barco y decidimos hacer una excursión que incluía nadar con tortugas y ver un naufragio. Estas islas del Caribe están rodeadas de naufragios, unos más antiguos que otros, y muchos de ellos se encuentran a muy poca profundidad con lo que se pueden ver hasta haciendo snorkel. Salimos del barco y había un centro comercial gigante ya que todos estos puertos son tax free y muchas tiendas, sobre todo de joyas, tienen aquí delegaciones. Entre todas estas tiendas fuimos a información y ahí, decidimos coger la excursión ya que queríamos ver las tortugas y nos dijeron que sólo se podía ir en catamarán.


La excursión en catamarán fue chula, con musiquita y bebida gratis para animar a la gente. Llegan a un sitio, donde hay otros cuantos barcos más, y ahí con un poquito de comida se acercaron 3-4 tortugas, pequeñas y grandes y la verdad que fue muy entretenido estar rodeado por ellas durante un tiempo, además que se acercaban bastante. También vimos unos cuantos pececitos típicos y alguna que otra raya que andaba por ahí perdida. De ahí nos fuimos a ver el naufragio aunque esto fue un poco más decepcionante ya que el agua no estaba muy transparente y era bastante reciente (de los 60s), así que tampoco fue ninguna maravilla.

Tras la excursión, nos dejaron en su capital Bridgetown, por la que es bastante entretenido pasear, así que estuvimos dando una vuelta hasta que fue la hora de volver al barco.


Antigua.- Aunque su nombre se lo puso Colón, en memoria de una iglesia sevillana, Antigua fue posteriormente colonizada por los ingleses quienes le dieron total independencia en 1981. Durante muchos años y como en la mayoría del resto de Islas del Caribe, su economía se basó en las plantaciones de azúcar, y trajeron miles de esclavos de África para trabajar en ellas. Hoy en día, como consecuencia de esto, el 90% aprox.de los residentes de Antigua son de origen Africano. Su capital es St. John´s y viven en la isla aprox. 72 mil habitantes.

El desembarco en la isla es muy cómodo ya que nada más bajar del barco, comienza la capital y puedes ir andando a todos los sitios. Nosotros nos dirigimos a la estación de autobuses local y cogimos un colectivo, que son unas minivanes privadas que tienen la característica de que salen cuando se llenan y luego paran en cualquier sitio en el que se quiera bajar la gente que va en ella. Nosotros nos fuimos a una playa llamada Darkwood beach, que habíamos leído era muy bonita y estaba al lado de la carretera con lo cual tenía fácil acceso desde el colectivo. Después de bastantes paradas, pero habiéndonos gastado un dólar en vez de los 30 que nos hubiera costado el taxi, llegamos a nuestra playa donde pasamos toda la mañana. El color del agua era muy bonito y la temperatura perfecta así que ahí estuvimos jugando con las olas hasta que nuestros dedos arrugados nos indicaron que quizás era hora de ir saliendo.


Desde ahí cogimos el colectivo de vuelta y nos dimos un paseíto por la ciudad aunque como era bastante pequeña, en un ratito la tuvimos toda vista y nos volvimos de nuevo a nuestro barco, que ya lo echábamos de menos.


St. Thomas.- pertenece a las US Virgin Islands que se componen de unas 50 islas a unas 40 millas al este de Puerto Rico. Las más importantes son tres: St Thomas, St John y St. Croix, y al parecer las tres son muy distintas. En total tienen una población de unos 100 mil habitantes. Su capital es Charlotte Amalie, en St. Thomas. Curiosamente las Virgin Islands pertenecieron a España hasta que los ingleses vencieron a la Armada española en 1588. A partir de ahí St Thomas perteneció primero a los daneses y posteriormente a Estados Unidos que se la compró a estos en 1917 por 25 millones de dólares en oro y al cual pertenece en la actualidad. Sus ciudadanos tienen todos los mismos derechos que los norteamericanos salvo, por lo que nos dijeron, votar al presidente.

Esa mañana, antes de bajarnos, tuvimos que pasar por inmigración para que nos sellaran la entrada a USA y nos dieran un papelito como que habíamos pasado los controles y podíamos bajar.

Aquí, como nos había gustado la experiencia de Antigua, hicimos lo mismo, cogimos un colectivo en la salida del ferry que nos llevó a una playa que se llamaba Magens Bay que nos habían recomendado como muy bonita. La carretera para ir es muy escénica porque recorre las 3 millas que hay desde el crucero hasta la playa que se encuentra al norte, atravesando una montaña que divide a la isla, con lo que las vistas a las dos bahías son espectaculares.


La playa era cierto que era muy bonita sólo que sobraban los cientos y cientos de personas que en ella estaban y bastantes casas de las que habían construido en sus laderas. Nos imaginamos que sin gente y hace unos cuantos años habría sido el paraíso pero ahora con los 5 cruceros que llegan diarios a la isla debe ser difícil ver algún sitio sin mucha gente. De cualquier forma, a nosotros de las tres islas fue la que más nos gustó por ser toda muy verde, de agua turquesa y colinas moldeando el paisaje aunque lo dicho, con demasiada gente para lo pequeña que es.


Tras embarcar de nuevo, decíamos ya adiós a estas islas del Caribe que habían sido un descubrimiento para nosotros porque algunas no las habíamos oído casi ni nombrar ni teníamos antes muy claro donde estaban en el mapa, aunque para nuestro gusto faltaba algo del carácter latino que tienen las islas del Caribe que fueron españolas. Ahora nos quedaban dos días de navegación por delante y nuestro desembarque en el destino final del crucero, Fort Lauderdale.

sábado, 10 de abril de 2010

Crucerito de Brasil a Florida

Brasil ha sido un poco visto y no visto ya que lo hemos hecho en crucero parando sólo un día en cada sitio (a excepción de Rio donde estuvimos 3 días). La ventaja de ir en un barco es que es comodísimo y más aún en el que fuimos, ya que era como viajar en un hotel de cinco estrellas aunque, y por ponerle un “pero”, no te permite entrar tan en contacto con la cultura y la gente del país como cuando viajas por tierra).

Nosotros como en este viaje estábamos decididos a probarlo todo, vimos una oferta bastante interesante para el crucero y saltamos al vacío cogiendo una ruta que no teníamos planificada en un principio pero con un barco que prometía bastante (nos íbamos a dar un lujo detrás de otro durante 18 días, habitación preciosa con balcón, comidas 3 tenedores, varios jacuzzis y piscinas a elegir, espectáculos, cine bajo las estrellas… en fin que aquí estamos sufriendo un poco).


Para que no fuera todo tan perfecto y luego no fuera tan dura la vuelta a la realidad, hemos pillado los dos una conjuntivitis que nos ha durado más de una semana (ayyy si es que ya no estamos acostumbrados a tanto lujo)… pero en fin, sigue siendo bastante buena opción.

De la parte brasileira y con el crucero visitamos Santos, Salvador de Bahía, Recife y Fortaleza, de los cuales para nosotros sólo Salvador de Bahía y Fortaleza merecen la pena ser visitados.

1. Santos es una ciudad con un puerto descomunal, sino con el más con uno de los más grandes puertos de Suramérica. También es famosa porque en las filas del club de fútbol local jugó durante casi toda su vida profesional uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos, el mítico Edson Arantes do Nascimento, también conocido como Pelé. Para visitar si acaso destacar su centro urbano de más o menos 1,5 km y que se puede hacer en tranvía o andando, recorriendo alguno de los lugares más emblemáticos como la Bolsa de Café.

2. Salvador de Bahía ya es otra cosa. Es una ciudad colonial preciosa, con muchísima historia y de las mejor conservadas en Brasil. Destaca cuando llegas y al lado de la zona del puerto, un mercado muy vivo, en la plaza Cayrú, abarrotado de turistas, con locales tocando instrumentos típicos como el Berimbao y realizando imposibles movimientos para los comunes mortales con su capoeira. Del mercado subes al centro histórico a la plaza Thomé de Souza, gracias a un ascensor (el elevador Lacerda) con forma de T de aproximadamente 72 mts de altura, llamativo cuando menos (funciona 24 horas de forma ininterrumpida) . Una vez arriba, ya te desplazas por el centro, que es por cierto desde 1985 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y puedes visitar alguna de las más de 150 iglesias con las que cuenta esta ciudad, como la Catedral del Salvador o la Iglesia – convento de San Francisco, aunque hay que advertir que algunas zonas son bastante empinadas, más aptas para alpinistas que para el turista normal.




3. Recife es en sí poco atractivo, si acaso destacando sus playas, aunque a unos pocos km tiene una ciudad muy interesante que se llama Olinda y que acabamos visitando. De Olinda decir que es otra ciudad de estilo colonial, también patrimonio de la UNESCO. En esta parada aprovechamos para ir a la playa con unos amiguetes que nos echamos en el barco y darnos un chapuzón, después del cual nos tomamos una caipirinha tan ricamente en la playa (aunque tuvimos que salir pitando porque nos empezó a caer una tromba de agua interesante).




4. Fortaleza, nos pilló con la conjuntivitis, con lo cual nos quedamos “sufriendo” en el barco aunque por lo que nos contó la gente que bajó, no mereció mucho la pena.

Aquí termina nuestra breve aventura por Brasil, tan breve que nos ha dejado sabor a poco, con lo que ya tenemos la mente en volver en un futuro no muy lejano para vivir más sus noches, sus playas, sus caipirinhas y su Samba!

sábado, 3 de abril de 2010

Rio de Janeiro

Río de Janeiro en sí, suena ya exótico, a una ciudad con playas, samba y carnavales, así que lo cierto es que teníamos muchas ganas de verlo. Le teníamos un pelín de respecto eso sí, ya que mucha gente nos había dicho que es una ciudad muy peligrosa y que hay muchos atracos a turistas, aunque parecía ser que con ciertas precauciones como no ir muy ostentosos, con relojes, joyas, cámaras buenas y llegado el caso darlo todo inmediatamente, no parecía que hubiera mayor problema. Por si las moscas, arreglamos el taxi desde el aeropuerto con el hostel donde estábamos (en principio también hay que tener mucho cuidado con los taxistas) y en el camino le hicimos miles de preguntas sobre dónde no se podía ir, a qué horas visitar ciertas zonas, precauciones…

El hostel estaba en la zona de la playa de Copacabana ya que nos habían aconsejado que esta zona e Ipanema eran las más seguras para quedarse. Lo cierto es que el hostel estaba bastante protegido con vallas altas, cámaras de seguridad y puerta cerrada que sólo abrían previa identificación (primera vez que veíamos un hostel con tanta seguridad, así que algo de peligro si debe haber).


La primera tarde la dedicamos a recorrer las playas de Cobacabana e Ipanema que están una después de otra, aunque no se puede ir directamente por la arena. Al ser un día entre semana y algo nublado, no había tanta gente como nos habían contado pero aún así había ambientillo. El agua no estaba muy limpia pero si calentita y con unas olas muy divertidas y bastante altas que se formaban justo a medio metro de la orilla ya que son aguas bastante profundas. Ambas tienen más de 3 km de playas, y tras la arena está una acera para pasear, la carretera y al otro lado edificios gigantescos. Lo que más llama la atención en estas playas es:1) la gente, el culto al cuerpo que tienen ya que cada dos pasos te encuentras a alguien haciendo ejercicio, corriendo e incluso hay mini gimnasios al aire libre que suelen estar bastante llenos. 2) El paisaje espectacular que se ve más allá de las playas, con montañas verdes y formaciones kársticas que salen imponentes entre los edificios, destacando una de las más populares, el Pan de Azúcar.


Al día siguiente estuvimos recorriendo los sitios más típicos de Rio. Empezando por el Parque Nacional de Tijuca, un gran bosque urbano que queda dentro de la ciudad (el más grande del mundo) y que es pulmón y vía de escape para los cariocas los fines de semana y donde hay vistas muy buenas de la ciudad. Esta zona estuvo un día toda cubierta de plantaciones de café y aún queda alguna de las casas donde vivían los dueños de estas plantaciones. Luego decidieron sacar todas las plantaciones de la ciudad y volvieron a replantar el bosque.

De aquí nos fuimos a la visita obligada de Río, el Corcovado o Cristo Redentor. Para nuestra sorpresa estaba en obras así que vimos algo bastante único, el Cristo cubierto de andamios. No vamos a negar que preferíamos verlo en su estado original pero tenía su punto ver lo pequeños e insignificantes que se veían los hombres que ahí estaban trabajando en comparación con el tamaño del Cristo. Ayuda un poco a poner en perspectiva lo grande que es. La idea de poner ahí dicha estatua surgió porque querían tener un símbolo que representara a su país en una de las grandes colinas de Rio (aunque no es la más alta), así que como la mayoría del país era católico decidieron que un Cristo les representaba muy bien y encargaron esta estatua que vino de distintas zonas por partes y que mide 30 m de alto y 28 m de ancho en la parte de las manos.



Desde aquí las vistas de Rio son impresionantes, para quedarte horas y horas mirando. Sus playas, sus montañas, la laguna interior detrás de Ipanema, el estadio de Maracaná y la rara mezcla entre edificios altos y nuevos con zonas de favelas. No hay duda de que Rio de Janeiro se encuentra en un paisaje privilegiado.

Aunque había tours para ver las favelas, no era algo que nos atraía mucho. Habíamos visto hacía poco una película bastante interesante sobre las mismas llamada Tropa de Élite y pensamos que no era un sitio muy seguro si llegado el momento hubiera una redada policial. De hecho preguntamos cuanto de verdad había y mucha gente nos dijo que aunque obviamente las películas siempre tienen su parte de “película” si estaba basada en una situación real. En cualquier caso, hoy por hoy hay favelas dominadas por la policía y otras dominadas por narcotraficantes, ni que decir tiene que los tours van a las de la policía. También hay favelas que llaman cinco estrellas en contraste con otras mucho más pobres y peligrosas. De todas formas es imposible ir a Río y no verlas aunque sea a corta distancia porque se encuentran por toda la ciudad, detrás de los barrios más ricos, entre medio de barrios de clase media y por todas las laderas de las montañas.

De Rio también visitamos otros dos de sus barrios, Santa Teresa y Lapa. Santa Teresa tiene casas coloniales y cierto aire bohemio para pasear por él. Lapa es la zona de marcha y bares por excelencia y tiene una zona que nos gustó mucho que se llama “La escalera de Selarón”, donde un artista (Selarón) ha reunido más de 2000 azulejos típicos de todo el mundo creando una zona muy llamativa y colorida. Por suerte estaba el artista ahí cuando llegamos así que pudimos hablar con él y conocerlo en persona.


A estas alturas, como no habíamos tenido ningún incidente íbamos con bastante menos miedo aunque eso sí sin bajar del todo la guardia. Cogimos un taxi y nos fuimos directos a embarcar en nuestro crucero. Teníamos unas ganas enormes de llegar a él y ver cómo era. Lo habíamos podido ver desde el Corcovado, pero tan lejos que era difícil hacerse una idea. Cuando por fin lo vimos, desde un atasco en el que estábamos, nos quedamos de piedra al ver lo grande que era. Para hacerse una idea, tiene 16 pisos y casi 500 m de largo, así que verlo de cerca desde la carretera, todo iluminado porque empezaba a hacerse de noche, impresionaba bastante. De hecho el taxista alucinó también, y nos dijo: ahí vais??? (quizás también fuera porque con nuestra mochila y nuestra ropa guerrera para no llamar mucho la atención en Rio no parecíamos los típicos clientes que van a un barco de este tipo).

Contentos con lo bonito que era y con las vacaciones que nos íbamos a pegar durante 18 días en este barco con todo lujo nos fuimos a nuestra habitación con una gran sensación de felicidad encima. Con este barco recorreríamos algunos de los puertos más importantes de Brasil y algunas islas del Caribe hasta llegar a su destino final, Florida.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Iguazú, frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay

Las famosas cataratas que forma el río Iguazú, una de las maravillas de la naturaleza, se encuentran entre Argentina y Brasil y se pueden ver desde ambos lados. En el lado Argentino está Puerto de Iguazú, una pequeña ciudad de casas bajas y sin mucha vida salvo por la zona que se encuentra al lado de la estación de autobuses y que por suerte es donde teníamos nuestro hostel. Al otro lado se encuentra Foz do Iguazu, una ciudad mucho mayor, de más de 300 mil habitantes, no muy bonita y algo más cara que la parte Argentina.

Aunque algo más alejado de las cataratas, Paraguay, con Ciudad del Este, también hace frontera en esta zona. Separada de Brasil y Argentina por el rio Paraná, aquí se encuentra una de las presas más grandes del mundo y la que más energía produce, la presa de Itaipu. Por lo que nos dijeron Ciudad del Este es bastante peligrosa y no merece mucho la pena ir sino es para ir de compras, cosa que si es bastante popular y que hasta se incluye en algunos tours.

Nosotros llegamos a Iguazú después de un largo viaje en autobús desde Buenos Aires, aunque como nuestro asiento se hacía totalmente cama, conseguimos dormir bastante.

Nuestra primera parada fue Puerto de Iguazú en Argentina para ver desde aquí las cataratas y un día después ir al lado brasileño para verlas desde ahí y coger el avión que nos llevaría a Rio (ambas ciudades tienen aeropuerto, depende si se vuela a Brasil o a Argentina se cogerá en una u otra para que sea un vuelo doméstico).



Para ver el lado argentino de las cataratas cogimos un autobús desde el centro, que por menos de un euro por persona recorría los 18 km que hay hasta la entrada del parque nacional de Iguazú. Una vez ahí, hay varios km de pasarelas para recorrer y que en medio de la jungla te van llevando a ver las distintas cascadas, hasta llegar muy cerca a algunas de ellas. Es un entorno espectacular y merece la pena recorrer todas las pasarelas ya que te ofrece distintas vistas a cual más bonita. Sólo nos faltaron las de la isla de San Martín, que está en medio del río y que se encontraban cerradas por inundaciones.

Empezamos con el recorrido superior, donde se ven ya las primeras vistas con cierta perspectiva y te llevan a la parte de arriba de algunas de las cascadas.


En el recorrido inferior se llega más cerca a algunas de ellas y se puede coger un barquito que te lleva debajo (literalmente) de dos de las cascadas para un buen remojón. Básicamente se sale totalmente empapado del paseo en barco (muy recomendable hacerlo en bañador si no se quiere estar mojado el resto del día). Cuando estás debajo de las cataratas es como si te tiraran 100 cubos de agua por encima, uno detrás de otro.

Para el final dejamos la mejor parte, la más impresionante, la garganta del diablo. Para llegar a ella, se coge un trenecito que te deja como a un km en el que cruzas por una pasarela el rio que prácticamente tiene todo ese km de ancho. Al llegar, el agua que cae por la catarata principal es increíble, impresiona muchísimo la fuerza con que cae, y la cantidad de litros por segundo. Por supuesto no se llega a ver el fondo, todo está cubierto por una nube de agua en suspensión que en cuanto sopla el viento hacia la pasarela te moja por completo. De ahí parte el resto de la garganta, unas catorce cascadas con litros y litros de agua precipitándose no se sabe cuántos metros porque no se ve el final.



El día se estaba poniendo cada vez más gris y cada vez más oscuro, así que para cuando llegamos a mitad de tarde al hotel empezó a caer una tormenta de las que hacen historia (menos mal que no nos pilló en medio de ese km que hay que recorrer para ir a la catarata…). Nos imaginamos, que al igual que pasa en España, cuando llueve tan fuerte de tormenta, en unos minutos para, pero aquí no es así, cuando empieza a llover, llueve durante mínimo uno o dos días sin parar y con una fuerza que te calas con impermeable o con paraguas, te da igual. Así que aunque no nos pillo en la catarata si que impidió que al día siguiente fuéramos a ver el lado brasileño que según dicen es más escénico, ya que aunque no se llega tan cerca de las cataratas ni se necesita tanto tiempo para recorrerlo, se ve una vista más panorámica y completa de todas las cataratas. En fin, que no lo sabemos porque con la lluvia nos quedamos sin poder verlo!

Para aprovechar el día, nos fuimos a ver la presa de Itaipu, que nos la habían recomendado y se podía ver sin mojarse demasiado ya que casi todo el tiempo es a cubierto. Cruzamos todo Foz do Iguazu ya que se encuentra en lado contrario a las cataratas y cogimos un tour especial que la enseñaban por dentro.

La presa es una de las maravillas de ingeniería de los tiempos modernos y si nos ponemos a ver números es increíble. Produce el 90% de toda la electricidad de Paraguay el 20% de Brasil (país que tiene casi 200 millones de habitantes). El embalse que forma, tendría agua para dar de beber más de 4 mil litros a todos y cada uno de los habitantes del mundo, tiene unos 140m de profundidad y más de 7km de largo. Del embalse, el agua cae por 10 turbinas que son las que producen toda esta electricidad y que a veces cierran alguna de ellas porque producen más energía de la que se necesita. Sólo cuando sobra agua, unas pocas veces al año se abren las compuertas, para que salga algo de agua, y por suerte coincidió con nuestra visita (alguna ventaja tenía que tener el diluvio universal que estaba cayendo). Nos pareció entender que el agua que sale cuando abren una de estas compuertas es varias veces mayor que el agua que cae por la garganta del diablo (una barbaridad)!



El tour es bastante interesante (aunque estábamos algo frustrados por no haber podido ir a ver otra vez las cataratas) y nos enseñaron todas las interioridades de la presa, incluso una de las famosas turbinas en funcionamiento. También nos contaron un poco sobre su construcción que empezó en los 70 y se completó hace un par de años con las dos últimas turbinas que se añadieron. Toda la presa es mitad Paraguaya y mitad Brasileña ya que el río pertenecía mitad a cada país. Así todos los trabajadores de todas las áreas son la mitad en número Paraguayos y la mitad Brasileños. Paraguay tendría suficiente con dos turbinas para toda la electricidad que consume, así que el resto de la vende a Brasil, lo cual también le ayuda a pagar su parte correspondiente en la construcción. Aunque la presa que están construyendo en China de las tres gargantas será más grande en potencial, la cantidad de energía producida seguirá siendo mayor aquí debido a la estacionalidad que hay en China y que no tiene el rio Paraná.

De Iguazú cogimos un avión para Rio de Janeiro donde nos embarcamos en un crucero de 18 días que nos llevará hasta Florida. Intentaremos seguir actualizando el blog, aunque posiblemente lo hagamos con menos frecuencia ya que el acceso a internet desde el barco es mucho más limitado.